La vitamina D
La vitamina D es una vitamina de la que escuchamos hablar mucho. Se dice por ejemplo que las personas que viven en climas fríos y lluviosos tienen un déficit de esta vitamina. Pero, realmente sabemos para qué sirve y cómo podemos aumentarlo en nuestro organismo?
La vitamina D es una hormona que se sintetiza por la piel al tomar el sol y lo metabolizamos en el hígado y el riñón, y desde ahí se administra para que pueda realizar todas las funciones en el organismo.
Sus funciones principales son las siguientes:
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Ayuda a mantener la absorción del calcio y fósforo en el organismo, necesarios para el desarrollo y crecimiento de los huesos y así mantenerlos fuertes.
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Un nivel adecuado de calcio, ayuda a prevenir las diferentes lesiones oseas.
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Facilita la absorción intestinal de minerales como el calcio y el fósforo para luego utilizarlos en el organismo.
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Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, ayudando a prevenir enfermedades respiratorias y de la piel.
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Ayuda a controlar el azúcar en sangre, ayudando a prevenir obesidad, diabetes, hipertensión…
Pero, ¿cuáles son las fuentes de vitamina D?
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La mejor manera de obtenerla es con la exposición al sol moderada. Se recomienda una media de 15 minutos al día (hasta un 90%).
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También se puede complementar ingiriendo comidas ricas en vitamina D como los pescados grasos (salmón, atún, sardina…), mariscos (ostras), mantequilla, quesos amarillos, huevos, lácteos… (con los alimentos se obtiene entre el 10 y el 20%).
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Los suplementos ayudan a aumentar la cantidad ingerida al día, pero hay que asegurarse de que son las adecuadas, por lo que antes de comprarlos mejor consultar a un especialista.
Como ves lo ideal sería tomar el sol cada día, pero si vives en un lugar lluvioso, con un clima nuboso, además hay mucha polución y pasas pocas horas en la calle, deberías prestarle atención a cómo vas a ingerir la cantidad que necesitas. Un déficit de calcio podría generarte osteoporosis, artrosis, problemas cardiovasculares, debilidad muscular, depresión…
Pero como siempre te decimos, todo a su medida. Un exceso de este mineral puede resultar perjudicial para la salud, porque se elevarían los niveles de calcio en sangre y aparecería la debilidad en los huesos. Eso podría provocar la falta de apetito, náuseas, vómitos, debilidad, hipertensión arterial, sed, comezón e la piel, nerviosismo...
Así que te animamos a que siempre que veas unos rayos de luz, salgas a la calle, des un paseo y te asegures de tomar el sol. De esta manera, aumentarás la cantidad de vitamina D que obtengas al día y además te servirá para recargar las pilas.
Es simple, ¿no te parece?