Cambio de hábitos

La necesidad de cambiar de hábitos es algo que cada vez se escucha más en ciertos ámbitos de nuestra sociedad. Muchos médicos, nutricionistas, fisioterapeutas, psicólogos, coach y demás profesionales ya están dando este tipo de mensajes en sus publicaciones, redes sociales… Si buscamos en google artículos sobre hábitos o miramos las típicas frases sobre hábitos en este caso, veremos que en muchas de ellas se habla de lo dañinos que pueden llegar a ser en el tiempo esos malos hábitos que tenemos. Muchos de ellos nos van debilitando poco a poco, de forma sigilosa, casi sin darnos cuenta, hasta que un día nos damos de frente con las consecuencias. Y es ahí, en ese momento, cuando nos planteamos normalmente que tenemos que hacer algo para cambiar de hábitos.

Pero llegados a este punto, también empezamos a pensar que cambiar un hábito que hemos repetido durante años, no será fácil, que el cuerpo nos lo va a pedir, que no sabemos hacerlo de otra manera… y bueno todos esos pensamientos tipo guion de película que empezamos a contarnos uno detrás de otro hasta el punto de llegar a convencernos para no hacer un verdadero esfuerzo.

La escritora y filósofa española Elsa Punset, hija del divulgador científico Eduardo Punset, dice que “para aprender y desaprender hábitos mentales y físicos, hay que entrenar el cerebro con paciencia y constancia”. Elsa deja claro en esta afirmación que se puede hacer el cambio, pero que es cuestión de tiempo y entrenamiento.

Si haces un pequeño listado de los hábitos que tienes y los intentas agrupar en beneficiosos o perjudiciales para tu salud y vida, obtendrás rápidamente aquellos hábitos que no te llevarán en el tiempo a buen puerto. Este ejercicio es importante para poder detectar qué hábitos consideras malos o perjudiciales para ti. Y solo en ese momento podrás decidir qué hacer con ellos.

El escritor del reconocido libro “Las nueve revelaciones”, James Redfield, decía que desprendernos de un hábito no resulta fácil, pues al principio siempre es inconsciente. La clave para eliminarlo es traerlo de pleno a nuestra conciencia. De aquí la importancia de identificarlo primero. Te animo a que hagas el ejercicio del listado, a ver con qué te encuentras.

Siempre se ha dicho que el ser humano es el animal que tropieza dos veces (o más) con la misma piedra. En este caso normalmente nos ocurre lo mismo; no nos ponemos a reflexionar sobre qué tipo de hábitos tenemos hasta que el médico, por ejemplo, nos alerta de ellos. Hasta que las consecuencias no son graves no nos ponemos en acción y muchas veces ni aún en esos momentos.

Benjamin Franklin dijo una vez que “ es más fácil prevenir los malos hábitos que dejarlos”. Y es aquí, en donde me gustaría incidir en este post. Podríamos enfocarnos en mirar al suelo y volver a tropezar con la misma piedra, ¿no te parece?

Teniendo en cuenta que como dicen los expertos, un mal hábito se puede ir cambiando poco a poco en el tiempo, te dejamos un listado de pasos que te pueden ayudar en ello. Como dice Raimon Samsó, el poder no está en los hábitos, sino en cuánto tiempo se mantienen estos. Así que, ¿por qué no creamos un plan de acción para conseguir esta durabilidad? Esperamos que este plan te sirva como un comienzo:

  • Haz la lista de los hábitos que sabes que en el tiempo serán más perjudiciales que saludables para ti. Sé sincero contigo mismo.

  • Empieza con el proceso de cambio uno a uno. Primero elige alguno que sabes que si te pones firme lo vas a poder cambiar. Es importante conseguir estos logros rápido porque eso te animará a seguir con otros cambios más complicados.

  • Haz pequeños pasos, día a día. Si por ejemplo en tu rutina diaria apenas te mueves, empieza a ir caminando a todos los sitios que puedas llegar sin necesidad de coger el coche o el autobús. Si tienes ascensor en casa, utiliza las escaleras siempre que puedas. Si pasas horas sentado trabajando, cada hora levántate, camina unos pasos, estírate y vuelve a sentarte. Si tienes la costumbre de tomarte 3 cafés al día, baja a dos y tómate una infusión o un vaso de agua en la tercera toma. Esa pequeña chocolatina que nos regalan con el café y tanto nos tienta, devuélvela y déjala en la barra en cuanto te saquen el café (así la tentación durará mucho menos tiempo)…

  • Unido al punto anterior, identifica cuántas veces repites ese mal hábito durante el día y baja la frecuencia. Si por ejemplo eres fumador y te fumas 10 cigarrillos al día, baja la cantidad en la primera semana a 8, en la siguiente semana a 6 y así hasta que puedas eliminarlo completamente de tu rutina. Si no puedes dejarlo del todo, mantén la cantidad de cigarrillos fumado en el menor número posible. O si todos los días comes fuera de casa, empieza a llevarte el taper con comida más saludable preparada en casa (recuerda el post de la semana pasada), dos o tres veces a la semana, hasta que pasado un tiempo decidas llevarlo siempre de casa.

  • Si te cuesta eliminar un mal hábito completamente de tu rutina, más vale bajar el número de veces que lo repites en el día que dejarlo radicalmente durante unos días, unas semanas o unos meses y luego volver a ello con más intensidad.

  • Cada vez que consigas eliminar uno de estos hábitos, haz una pequeña celebración. Ten una lista a mano de cosas que te gustarían hacer pero por falta de tiempo o no prestar atención a tus necesidades por el estrés diario, no los haces habitualmente. Cada vez que tengas una razón para hacer esta pequeña celebración, coge la lista y elige qué vas a hacer. Puede ser cualquier cosa como por ejemplo ir al cine con amigos o solo, dejar a los niños con la pareja y dar un paseo tranquilamente, ir a cenar a un lugar de comida saludable, una sesión en un centro de talasoterapia… Y si el hábito que has conseguido eliminar a priori tenía un mayor peso para ti, celébralo con algo aún más especial.

Todo es empezar, seguir, seguir, seguir… y eso en el tiempo te generará una gran satisfacción en diferentes áreas de tu vida. Recuerda que los hábitos también se pueden cambiar como casi todo en nuestras vidas, solo tenemos que creerlo y hacerlo.

Te dejo con esta frase de Rob Gilbert, que en nuestra opinión es importante tenerla en cuenta: Primero formamos los hábitos y luego ellos nos forman. Conquiste sus malos hábitos o ellos le conquistarán a usted”.

 

¿Y entonces..., qué vas a hacer con tus malos hábitos?